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Desolado (2007)

Desolado es una metáfora sobre la muerte y la resurrección como un ciclo: un cuerpo se desmorona una y otra vez, intentando reconstituirse en constante agonía. El lenguaje del movimiento se define, entonces, por esta energía desvalida. La desolación aparece en estos cuerpos que se arman y desarman, abúlicos, desganados, por momentos desgarrados y que, con intenso dramatismo, atacan también en danzas fragmentadas, luchando por la supervivencia, resistiendo ese sentimiento que los empuja hacia un final inevitable en un campo de girasoles secos.

 

Sobre un escenario dividido por una línea de flores, Desolado comienza con sólo dos bailarines en escena, pero con el ingreso de los miembros de la compañía la obra va cobrando vigor, mediante los recursos del gesto y el movimiento, para tratar dos temas trascendentales que han movilizado a la humanos desde tiempos inmemoriales: la vida y la muerte. Para Robles, los personajes son seres desolados, abatidos, pero que a su vez, están aferrados a un deseo de vivir, a una franca obsesión por salvarse..

 

Dirección: Miguel Robles

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Juan

Leiba

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